Vía del Abuelo Roger al Mallo Firé (300m, 7b)

Una de las cosas que más atesoro de la escalada son las pequeñas tradiciones que hemos ido construyendo con los años. Fin de año en la Cabrera con Noel, otoño en Montrebei con la gente del CEG, semanita alpina en verano con Arnau…

La más multitudinaria de estas costumbres es la visita anual a Riglos, un clásico desde 2019 ya. Esta vez el viernes pude apurar con Xavi los 250m de la Cacho a Cacho en un par de horas y media, antes de que se pusiera el sol, y quedó como plato fuerte del finde la vía del abuelo, con Álex. Me hacía especial ilusión saber que, mientras nosotros luchábamos con nuestras panzas, unos metros a la izquierda Noel y Gullo peleaban las de Rabadá y Navarro. Buena combi.

Noel y Guyo empezando la Rabadá Navarro

Echando a suertes me tocó a mí el primer largo, que ya sirvió para entender de qué iba a ir la movida. No encontramos ni rastro de magnesio en ninguno de las tiradas, aunque sí se notaran algunos cantitos pisados. La roca nos pareció de calidad, pero en todo momento había que ir controlando porque todavía hoy en día te quedas con bastantes cantos en las manos. Y los seguros… a ver, el primer largo comienza con un clavo anudado con cordino, luego un puente de roca metálico y luego un espit. Pero más tarde te vas encontrando paraboles, siempre lejillos cuando afloja. El problema es que cuando afloja la roca también sigue siendo dudosa en tramos, lo que hace esas excursiones un poco más picantes. Hice el largo despacito y tenso, y acabé montando reunión sobre un parabolt y un espit, pero la reunión buena estaba 7 metros más arriba, con dos anillas buenas.

Negociando los primeros metros. No rápido

Le tocaba el primer 6c a Alex. Con mucho tiento fue resolviendo el largo, mucho más lento de lo que acostumbra, igual que me pasó a mí: había que ir probando cada canto, y no es fácil orientarse y dar con los movimientos sin magnesio. Un largo de 40 metros que tiene dos tercios con tendencia a derecha y el último tercio en diagonal a izquierda. El siguiente largo, también de 40 metros, me lo dí yo. Con menos desplome que el de Alex pero con algún pasito más de apretar, ya íbamos encontrando sensaciones y gozando la vía.

Álex se encargó del corto tramo de 6b+ para superar dos panzas, medio en travesía, que también hay que currarse, y me tocó a mí el primer séptimo. Viendo el percal de la vía iba un poco cagado, pero cuando me asomé de la reunión vi que parecía que iba a estar todo bastante concentrado arriba, porque el largo parecía fácil. A todo esto escuchamos un grito muy loco y unos aplausos, cómo se lo pasa la peña.

Agüita

El largo efecticamente era relativamente sencillo hasta llegar a la sección más fina, que estaba totalmente grapada de paraboles, donde pudimos apretar a gusto y salió en libre. Álex, de segundo, pegó una buena apretada también y resolvió el paso, pero llegando (en travesía) a la reunión petó un canto y se pegó un buen vuelo. Vuelta a la vía, acaba el largo, baja pulsaciones… y le mete al largo clave, el 7b. Igual que el anterior, este largo comienza relativamente sencillo, con algo de desplome pero con canto, y va dejando reposos que nosotros aprovechamos a conciencia. Alex llegó al primer desplome clave y le metió totalmente encendido.

Dónde vas sin estilo!

Yo pensaba: qué cabrón, con el vuelo que se acaba de meter por reventar una presa, cómo se lo ha quitado de la cabeza y otra vez a apretar. En mitad del paso, yendo con todo… volvió a petársele una presa, y otra vez para abajo, esta vez volando de primero. Con este plantel, el muchacho acabó el largo con mucha dignidad, pero ya sin confianza en la roca. Yo, de segundo (y fresco) pude forzar todo en libre, aunque llegué a la reunión pidiendo la hora.

Aquí parecía que ya se acababan las dificultades, así que sin descansar mucho le metí yo al último 6b+, que también tenía un tramo sencillo y luego un panza. Joder con la panza, yo no sé si fue porque iba tostado, o por la dificultad de hacer todo sin magnesio, pero me llevó un buen rato pasarla. Ahí, probando cantos y mirando opciones, descarté un cantito porque se movía, pero claro, algo de magnesio le dejé. Bueno, pues minutos después Álex se pegaba su tercer y último vuelo del día, con el canto de la mano. A pesar de su cabreo por desmontar a piezas la vía, Álex no escatimó esfuerzos y se curró el último 6a+ de salida a cima, con un apretoncito de inicio y luego ya fácil.

Qué gozada repetir una vía tan peculiar en Riglos. Los números no invitan a meterte sin el grado, la roca no invita a ir rollo deportivo, el libro la critica por pisar la Mediterráneo… y aun así, a nosotros nos pareció una joya, super recomendable si sabes dónde te metes. Solo quedaba la vuelta al pueblo, a gozar con las cervecitas, los colegas, los chistes de Paco, y las historias de terror de los colegas de la Rabadá y Navarro, que se tuvieron que retirar después de un vuelo sin motor de Noel. Resulta que los gritos estaban justificados…


Material: nosotros pasamos con 14 cintas, pero no sobraría echar 3 friends pequeños
Horario: 5 horas
Fecha: 16 de marzo de 2024

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