Empalmada pedricera (600m, V+)

Vengo muy poco por Madrid, menos de lo que me gustaría. Y vengo con ganas de ver a mucha gente y hacer muchas cosas, así que esta vez no pude reservar más que un día para escalar. El plan, por lo tanto, era exprimirlo todo lo posible. A esto se suma que Noel lleva unos meses saliendo mucho más a escalar y entrenando, así que el tío venía encendidito. Me hizo un planning mortal para empalmar cimas como locos en La Pedriza, así que voy a intentar resumirlo.

El día comenzaba en el Platillo Volante. Una cima inferior, al pie del Pájaro. En este risco elegimos la vía Moral, con un primer largo muy sencillo pero poco protegible (El Snake Dyke de la Pedriza) y un segundo largo que supera un techo espectacular, pero también sencillo. Anticipando lo que sería la tónica del día, Noel se marcó la vía entera de primero, conmigo siguiéndole en ensamble. Primera cima, hacemos fotos, buscamos el rápel y para abajo.

Primera cima del día, con el Pájaro a la derecha

El descenso del Platillo Volante nos deja en el pie del Pájaro. Aquí me encuerdo yo para meterle a la Tino, de la que haremos el primer largo y luego saldremos por la Sur clásica. Los primeros metros de primero me cuestan un poco, sobre todo los pasos de adherencia, pero en cuanto entro en la fisura me siento bien. Yo me encargo del primer largo, que dan de 6a+, y Noel se encuerda para hacer la incorporación a la Sur Clásica y llega hasta la reunión a la derecha del escudo. Me toca a mí encordarme el siguiente largo, que siempre me cuesta horrores. Un largo fácil, pero de adherencia improtegible, que es de lo que están hechas mis pesadillas. Esta vez lo empalmo con el siguiente, donde ya se pueden poner algunos seguros, y Noel sale en ensamble unos metros. Él se encargó de subir desde el cuello del Pájaro, también, para llegar a la segunda cima del día.

Recuperando nuestro segundo largo en el Pájaro

Desde la cima del Pájaro hacemos solo medio rapel para llegar a la sur de la Muela, un risco de roca muy arenosa que lógicamente no recibe muchas visitas. Noel se encarga de escalar los escasos metros hasta la cima, tirando casi exclusivamente de A0, ya que la roca se deshace en arena bajo los gatos. De nuevo elegimos la vía más fácil al risco, la Centenario. Proponemos, oficialmente, rebautizarla como «Arenencia».

Noel en Arenencia

Nos apañamos para hacer un rápel de 30m hacia la vertiente norte, muy espectacular, y llegar a una vira desde la que podemos salir caminando, mal que bien, hasta la base del siguiente risco: Los Guerreros. Por lo visto el risco es famoso por las placas de adherencia con alejes extremos, magnífico. Viendo el percal, de nuevo elegimos la vía más fácil: El Truhán del Turrón. Le meto yo, arrastrándome vilmente en los primeros metros de fisura, hasta que llego a una placa de adherencia. Aquí tuve que recular y ceder el testigo a Noel. Es una mierda, porque me encanta hacer adherencia, pero siempre que vengo, en vez de tener un par de días de deportiva para acostumbrarme y ganarle confianza a la goma de los gatos, siempre acabo metiéndome en vías con seguros lejos, donde el trabajo de la cabeza es más importante. En fin. Noel se ventiló la vía en un largo, de nuevo, y yo, de segundo y fresco.

En la cima de Los Guerreros, cuarta del día. Al fondo se ven las cumbres del Pájaro y la Muela

Desde la cima de Los guerreros encontramos un destrepe por el noreste, para seguir en dirección a nuestro siguiente objetivo: el Gran Molondrio. Lo que pasa es que yo aquí ya estaba un poco frito. Con los pies cansados y la cabeza en otra parte, no me veía con ganas de meterme en diedros improtegibles y más placas de adherencia. Así que le supliqué a Noel que dejásemos los objetivos del Molondrio y las Dos Torres para otra visita, y en su lugar fuésemos a riscos más accesibles.

Una buena seta a cañón

La siguiente cima fue una maravilla, por la vía «De los amores que son pasión» al Cancho de las Biólogas. El primer largo, que me dí yo, era de adherencia, pero sencilla y protegida, así que lo pude disfrutar, y el segundo, que se dio Noel, es un largo precioso, vertical y sobre setas. El tiempo empezaba a amenazar tormenta, pero yo había recuperado un poco de ánimo y tenía ganas de una más, así que fuimos a hacer la Peñalara a la Santillana.

Dominadas en la Pedri!

¡Qué maravilla de vía! Otra vez toda en ensamble, esta vez conmigo de primero, tirando de setas como si no hubiera un mañana. En la cima el aire empezaba a ser más frío, así que nos olvidamos de la foto de cima. Nos quedaban dos horas y media de caminata hasta el coche, así que no nos encantamos mucho. En total, quedaron como 600m de escalada, 11km y 800m de desnivel de pateo, y la felicidad de conocer un montón de rincones preciosos, normalmente ocultos, de La Pedriza.


Material: juego de friends hasta el #4 y una cuerda de 60
Fecha: 21 de febrero de 2023
Horario: 11 horas y media de coche a coche

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